Corría el año 1954, cuando Miles Davis con sus 28 años, decidió ver a su padre en busca de ayuda para abandonar su adicción a la heroína. El flagelo ya había comenzado a hacer estragos en su organismo y necesitaba ayuda pero nada podía lograr si no se apoyaba en el poder de la voluntad para abandonar el vicio. Pero aquí tuvo mucho de influencia la figura de Sugar Ray Robinson a quien más admiraba en el mundo. Pasó varios días encerrado en su habitación, padeciendo el síndrome de abstinencia, Cuando salió a ver la luz del sol dijo: "Estoy listo".
Desde 1954 hasta el final del la década se sucedieron obras maestras que influenciaron generaciones posteriores en casi todo el mundo.
Desde niño siempre le gustó el boxeo, sentía admiración y mucho respeto por Sugar Ray Robinson, un peleador con clase disciplinado y muy responsable a pesar de su fama de "mujeriego", cuando entrenaba no había mujeres cerca.
Miles y Sugar Ray se hicieron amigos. “Cuando ves a un buen boxeador es una forma de arte”, decía el trompetista. El ritmo es todo en el boxeo. Cada movimiento empieza con el corazón”, señalando al campeón de peso welter que, sin más, es considerado el mejor boxeador de todos los tiempos por periodistas deportivos, boxeadores y entrenadores. Para Muhammad Ali, por ejemplo, era “el rey, el maestro, mi ídolo”, y Sugar Ray Leonard adoptó el apodo “Sugar” en honor a Robinson. Asimismo, en 1999, la agencia de noticias AP lo nombró el mejor boxeador del siglo XX.
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